Los bebés al nacer tienen el derecho de ser recibidos por sus padres en un ambiente de amor, privacidad y ternura.
En los primeros minutos de vida del bebé, la mamá y su hijo comenzarán a conocerse y a establecer los primeros vínculos ya que es en estos momentos, que se produce un evento maravilloso, podríamos decir mágico entre la madre y su bebé, sobretodo si este es colocado en el abdomen de su madre piel con piel inmediatamente después de nacer.
El contacto piel a piel a través de estímulos sensoriales como el tacto, el calor y el olor hacen que la madre y su bebé comiencen a conectarse en una “danza” de movimientos sincrónicos en donde comienzan a descubrirse y conocerse. Los investigadores Klaus y Kennel descubrieron que los recién nacidos tienen un periodo sensible, justo después del nacimiento, durante la primera hora después del parto, para el establecimiento del vínculo afectivo entre la madre y el bebé. Cuado la madre no ha recibido medicamentos o drogas durante el parto que le permitan mantenerse alerta y consciente, el bebé entrará en este periodo. Durante este lapso la mamá lo toma en brazos, mientras el bebé permanece en un estado llamado de “alerta tranquilo” y comienza a interactuar con la madre.
En esta primera interacción madre-bebé se observa lo siguiente:
La madre toca al bebé y lo observa a los ojos, el bebé responde concentrando la mirada en su mamá.
La madre le habla con voz suave y en tonalidad alta, mientras el bebé le responde con leves movimientos de las manos y la cara , posteriormente llora.
El llanto provoca la erección de los pezones de la madre y estimula a las hormonas oxitocina y prolactina.
Se produce una sincronía entre el lenguaje da la madre y los movimientos del bebé. La mamá lleva a su hijo al pezón y él lo frota hasta que comienzan a salir las primeras gotas de calostro, llenas de anticuerpos para defenderse de la flora bacteriana de la piel de la madre
En los primeros minutos de vida del bebé, la mamá y su hijo comenzarán a conocerse y a establecer los primeros vínculos ya que es en estos momentos, que se produce un evento maravilloso, podríamos decir mágico entre la madre y su bebé, sobretodo si este es colocado en el abdomen de su madre piel con piel inmediatamente después de nacer.
El contacto piel a piel a través de estímulos sensoriales como el tacto, el calor y el olor hacen que la madre y su bebé comiencen a conectarse en una “danza” de movimientos sincrónicos en donde comienzan a descubrirse y conocerse. Los investigadores Klaus y Kennel descubrieron que los recién nacidos tienen un periodo sensible, justo después del nacimiento, durante la primera hora después del parto, para el establecimiento del vínculo afectivo entre la madre y el bebé. Cuado la madre no ha recibido medicamentos o drogas durante el parto que le permitan mantenerse alerta y consciente, el bebé entrará en este periodo. Durante este lapso la mamá lo toma en brazos, mientras el bebé permanece en un estado llamado de “alerta tranquilo” y comienza a interactuar con la madre.
En esta primera interacción madre-bebé se observa lo siguiente:
La madre toca al bebé y lo observa a los ojos, el bebé responde concentrando la mirada en su mamá.
La madre le habla con voz suave y en tonalidad alta, mientras el bebé le responde con leves movimientos de las manos y la cara , posteriormente llora.
El llanto provoca la erección de los pezones de la madre y estimula a las hormonas oxitocina y prolactina.
Se produce una sincronía entre el lenguaje da la madre y los movimientos del bebé. La mamá lleva a su hijo al pezón y él lo frota hasta que comienzan a salir las primeras gotas de calostro, llenas de anticuerpos para defenderse de la flora bacteriana de la piel de la madre
Cuando se mantiene al recién nacido cerca del cuerpo de la madre, estos se sienten seguros haciéndose más fácil la transición de la vida dentro del útero materno a la vida fuera de este.
Los bebés recién nacidos tienen conductas innatas a la especie cuando se les coloca piel a piel:
Trepan por el abdomen de la madre y localizan el pezón por medio del olfato para comenzar con la lactancia.
La succión del bebé ayuda a la producción de prolactina la hormona que estimula la producción de leche para que se establezca una lactancia satisfactoria y por lo tanto la supervivencia del bebé.
Este contacto piel a piel también estimula la producción de la hormona oxitocina que hace que la madre incremente su temperatura corporal manteniendo al bebé calientito. La oxitocina producida por la succión del bebé hace que el útero se contraiga y expulse la placenta y sella los vasos sanguíneos reduciendo el sangrado uterino.
Durante el proceso del vínculo afectivo los bebés inician una serie de conductas de interacción con sus padres y mediante el establecimiento de señales no verbales los recién nacidos tienen la capacidad de producir conductas deseadas en sus padres y que refuerzan la conducta del padre y la madre. Entre los padres y sus bebés se crea un fuerte vínculo de unión o apego que hace que quieran llenar a su pequeño hijo de amor, cariño, protección, alimento y cuidados, los hace levantarse a media noche para alimentarlo y estar pendientes de las señales que su hijo manda mediante el llanto y reaccionar de manera adecuada.
Es importante que desde el momento de nacer no se separe al bebé de sus padres y este permanezca el mayor tiempo con ellos ya que el aumento del contacto temprano de los padres con el hijo fortalece el lazo afectivo.
LCCE. Elena Leyva Hernández
Centro Nacser