sábado, 4 de octubre de 2008

Como prevenir cesáreas innecesarias

El parto es un proceso fisiológico normal, natural y saludable en el que la mujer debe sentirse segura, apoyada y reconfortada, en el que sus emociones sean respetadas, se le de un trato humano y digno, donde se incremente su confianza y habilidad para dar a luz.

Este es un acontecimiento íntimo y único en la vida de una mujer en el cual debería ella tener el papel protagónico y no quedar como un objeto pasivo al que se le realizan prácticas quirúrgicas. La mujer tiene el derecho a ser consultada sobre las intervenciones a las que va a ser sometida tales como : dar a luz acostada, recibir oxitócina sintética para acelerar el parto, rasurado del vello púbico, aplicación de enema, corte del periné, separación de la madre y el bebé entre otras, así como a recibir información sobre las consecuencias de dichas intervenciones y las alternativas existentes al parto.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estas prácticas no están indicadas de manera rutinaria en partos de bajo riesgo (el 85% de los partos son de bajo riesgo), en México estas prácticas se siguen de rutina en la mayoría de los hospitales públicos y privados.
De acuerdo a los lineamientos de la OMS el índice de cesáreas debe de ser de un 15%

En México estamos hablando de un porcentaje de cesáreas del 60% en el ámbito público y de más de un 80% a 90% en el ámbito privado.

La cesárea es la cirugía que realiza el gineco obstetra para lograr el nacimiento de un bebé a través de una incisión en el útero materno
En la época reciente ha ocurrido un aumento considerable en la práctica innecesaria de la operación cesárea, que ciertamente no es inocua y conlleva riesgos inherentes, quirúrgicos y anestésicos, con lo que esta técnica operatoria pierde su enorme efecto benéfico de salvar vidas de madres y recién nacidos cuando está bien indicada


Existen hoy “muy buenas razones” para hacer cesáreas innecesarias tales como que el parto natural es muy doloroso y hace sufrir a la mujer y al bebé, que la mujer es muy delgada y pequeña y el bebé “no cabe” por la pelvis, que el cervix no dilata, el bebé no se encaja, falta de líquido amniótico, exceso de líquido amniótico, placenta envejecida, circular de cordón, placenta muy baja, bebé muy grande, madre mayor de 35 o menor de 16, etc.
Siempre te darán una “buena razón” para hacer una cesárea o usar los fórceps, pero por supuesto ninguna relativa a las prácticas y circunstancias del servicio médico que precedieron a la intervención

La cesárea es una intervención de cirugía mayor con un riesgo de muerte para la madre seis veces superior al de un parto vaginal. El postoperatorio es doloroso y la recuperación lenta. Es frecuente que la madre y el bebé no permanezcan juntos tras el nacimiento y la lactancia materna puede verse perjudicada.

En realidad la razón fundamental del abuso en el uso de la operación cesárea es la desinformación que tenemos las mujeres en lo que respecta a nuestro cuerpo y al parto.

Es momento de que como mujeres, madres y consumidoras de servicios para la salud tengamos mejor información de cómo prevenir cesáreas que en la mayoría de los casos son innecesarias.
Es necesario que confiemos en nuestra sabiduría interna y en nuestra habilidad de mujeres para dar a luz, nuestro cuerpo que ha gestado a un bebé sabe exactamente que hacer para que nazca .
Información y confianza en tu naturaleza de mujer te permitirán experimentar de manera plena y consciente de uno de los momentos más importantes de tu vida: la maternidad.


RECOMENDACIONES DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (OMS)

Toda mujer tiene el derecho fundamental de recibir una atención prenatal apropiada y tener un papel central en todos los aspectos de esa atención. Los factores sociales, emocionales y psicológicos son decisivos.
• Debe darse a conocer entre el público atendido en los hospitales información sobre las prácticas de los mismos en materia de partos (porcentajes de cesáreas, etc.)
• No existe justificación en ninguna región geográfica para que más de un 10 al 15% sean por cesárea.
• No existen pruebas de que se requiera cesárea después de una cesárea anterior transversa del segmento inferior. Por lo general deben favorecerse los partos vaginales después de cesáreas.
• No existen pruebas de que la vigilancia electrónica del feto durante el trabajo de parto normal tenga efectos positivos en el resultado del embarazo.
• No está indicado el afeitado de la región púbica ni los enemas.
• Las embarazadas no deben ser colocadas en posición de litotomía. Se las debe animar a caminar durante el trabajo de parto y cada mujer debe decidir libremente la posición que quiere asumir durante el parto.
• No se justifica el uso rutinario de la episiotomía (incisión para ampliar la abertura vaginal)
• No deben inducirse (iniciarse por medios artificiales) los partos por conveniencia. La inducción del parto debe limitarse a determinadas indicaciones médicas. Ninguna región geográfica debe tener un índice de trabajos de parto inducidos mayor al 10%.
• No se justifica científicamente la ruptura artificial de membranas por rutina.
• El neonato sano debe permanecer con la madre cuando así lo permita el estado de ambos. Ningún procedimiento de observación del recién nacido justifica la separación de la madre.
• Debe fomentarse el inicio inmediato del amamantamiento, inclusive antes de que la madre salga de la sala de partos.
• Deben identificarse las unidades de atención obstétricas que no aceptan ciegamente toda tecnología y que respetan los aspectos emocionales, psicológicos y sociales del nacimiento.

CONSEJOS PARA EVITAR CESAREAS INNECESARIAS
- Mantén una alimentación adecuada y evita el sobrepeso
-Ejercitate con regularidad y combinalo con reposo
-Infórmate sobre todos los aspectos relativos al parto y el posparto. Contrasta la información que recibes y consulta distintas fuentes.
-Disminuye el estrés practicando técnicas de relajación
-Confía en tu cuerpo y en tu capacidad para parir, las mujeres lo hacemos desde el comienzo de la humanidad. El parto nunca ha sido peligroso en sí mismo.
- Escoge con cuidado al médico gineco-obstetra que atenderá tu parto.
- Acude regularmente a tus consultas prenatales
- Platica a fondo con tu médico y averigua cuál es su postura frente al parto, es decir, si apoya el parto natural o no.
- Preguntale a tu médico cuál es su índice de cesáreas, que no debería superar el 20%
- Investiga si te va a tener paciencia durante el trabajo de parto, dándote el tiempo que necesites para dilatar sin presiones o si va a querer acelerar el proceso para terminar más rápido (lo cual casi siempre deriva en una cesárea) .
- Si apoya la idea de que tu pareja te apoye y te acompañe en tu trabajo de parto
- Si apoya la idea de que te acompañe tu instructora de psicoprofilaxis durante todo el trabajo de parto o no. (Los médicos que suelen hacer muchas cesáreas no apoyan esta idea).
-Asistir a un curso de preparación para el parto en el que podrás recibir toda la información necesaria para tomar decisiones informadas y responsables, para tu cuidado y el de tu bebé.
- Pregunta a tu médico sii te recomienda que tomes un curso de preparación para el parto o no. Si apoya el parto natural no va a temer que tu seas una paciente informada.
- Preguntale si te va a dar libertad de movimiento durante el trabajo de parto en las posiciones que tu elijas, o te va a hacer acostar desde el comienzo.
- No vayas al hospital demasiado pronto, de lo contrario ocuparás una cama y tanto tu familia como el equipo médico estarán esperando que termines cuanto antes. Eso causa ansiedad y puede favorecer las ganas de "hacer algo al respecto" (oxitocina, fórceps, cesáreas...).
La peor posición para trabajo de parto es precisamente acostada boca arriba debido a que:
- Impide la ayuda de la fuerza de gravedad para que baje el bebé.
- Se restringe el aporte de oxigeno al bebé. Cuando la mamá se encuentra acostada el útero comprime la vena cava, la cual transporta sangre oxigenada al bebé, con lo que se provoca posiblemente sufrimiento fetal.
- Las contracciones se perciben de manera más dolorosa.

Pide tus derechos, no te calles. Tienes derecho a que tus decisiones y deseos sean oídos y respetados. La situación de indefensión y el miedo que muchas mujeres sienten en el momento del parto favorece situaciones de abuso. Tu acompañante es clave a la hora de defender tus intereses. Si no te sientes satisfecha con algún aspecto del trato que has recibido presenta una queja.

LCCE. Elena Leyva Hernández
Centro Nacser.
Basado en triptico de la Asociación El Parto es Nuestro.

Bienvenidos a Centro Nacser


A lo largo de la historia antes de que las mujeres dieran a luz en los hospitales, el nacimiento era un evento en donde participaban todos los miembros del grupo social, las propias mujeres ayudaban a la futura madre a dar a luz y era un hecho que afectaba la vida de la comunidad y las mujeres sabían que hacer porque para ellas el nacimiento era un evento cotidiano, confiaban en sí mismas y en su habilidad para parir y no se cuestionaban si podían o no, el hecho era que sabían que su cuerpo estaba hecho para eso.

Conforme fueron evolucionando las sociedades y avanzando la tecnología se fue perdiendo la visión del parto como un evento normal, Es a partir de los S. XIX y XX que el parto se traslada del hogar al hospital y comienza a tomarse más en cuenta a la tecnología que la madre, se implementaron técnicas para brindar servicios rápidos para ahorrar tiempo, es decir, surgió un ritual rígido de normas y técnicas que caracterizan la atención materno- infantil. A pesar del uso de la tecnología para disminuir los riesgos del parto y asegurar la salud de la madre y del bebé, se ha podido comprobar que el uso de la tecnología no ha reducido las tasas de mortalidad y morbilidad materno-infantil.

Por lo tanto la experiencia del parto y la procreación común alguna vez a todos los miembros del grupo social, enfocado al hogar, con la participación de muchos miembros de la familia se volvió un proceso desarticulado, técnico y extraño del cual los padres ignoraban mucho.
El parto de ser un evento complejo y místico del dominio del médico y de la partera, pasó a ser un evento que sucede en una institución extraña y amenazadora en la que los padres son los miembros más indefensos.

Afortunadamente hoy en día ha surgido una nueva visión de rescatar al parto como un evento normal, natural y saludable en donde la mujer tenga una parte activa en dicho evento y tenga la información necesaria basada en evidencia científica para la toma de decisiones libremente informada sobre el cuidado de su salud.

Dentro de los esfuerzos para el rescate de esta visión se encuentra la preparación para el parto, en donde las mujeres reciben información acerca del cuidado de su salud y la de su bebé. La preparación para el parto ayuda a la mujer, con ayuda de su compañero a volver a confiar en su naturaleza de mujer, su sabiduría interna y en sus capacidades y habilidades para se madre, a tomar decisiones libremente informadas para el cuidado de su salud y el de su familia de una forma activa y responsable.

El parto es un reto único para el que la mujer debe estar preparada, llena de fortaleza y con una buena autoestima. La preparación para el parto ayuda a la mujer a conocer su cuerpo y sentir como funciona así como a acomodar sus emociones, conocer los procesos y conectarse de manera profunda consigo misma y con su bebé.